Con nuestra propia vida somos testigos de la esperanza

Invitación del Padre Hernán Bonsembiante, Director diocesano de Catequesis
24 agosto, 2021
Celebramos la educación
1 septiembre, 2021
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1 septiembre, 2021

En el Día del Catequista se celebró una misa, que fue presidida por el Obispo Oscar Ojea y concelebrada por el Obispo auxiliar Guillermo Caride y el Director Diocesano de Catequesis, pbro. Hernán Bonsembiante, en la Parroquia Nuestra Sra. de Aránzazu a la que se invitó a catequistas de la Diócesis como gesto para vivir más de cerca el lema “Querer ser testigos de la esperanza con nuestra propia vida”; durante la celebración los catequistas encendieron velas como signo de ser portadores de esa esperanza.
En su homilía el Obispo comenzó resaltando las dificultades que sufrió San Pablo para poder transmitir el Evangelio, como así también los obstáculos que atraviesan la misión de los y las catequistas, entre otros los cambios culturales y la pandemia.
“Dios nos encontró dignos de confiar la buena noticia” dijo el Obispo continuando con el relato de la carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses, y remarcó que “el Señor tiene confianza en cada uno de ustedes; es como si hubiera depositado el Evangelio en las manos y en el corazón de ustedes”.
Refiriéndose luego a la experiencia del llamado de Dios a la vocación catequística mons. Ojea afirmó que “ese llamado nos ha hecho testigos de la resurrección de Jesús, nos ha llamado a ser testigos de la esperanza”.
“Esa confianza que Jesús nos da, que en algún momento de la vida aparece, nos lleva a nosotros a querer a quien se presenta en nuestro camino, porque sin ese cariño es imposible ser testigo del Evangelio; con nuestra propia vida somos testigos de esperanza” aseguró el Obispo citando a la vez el lema de la celebración.
Mons. Ojea evocó también al apóstol Pedro como el personaje que recibió preguntas de Jesús muy complejas y puntualizó en el relato del evangelio de Juan, en el que Jesús pregunta a los Doce “¿También ustedes quieren dejarme?” a lo que Pedro respondió “Señor, a ¿quién vamos a ir?”.
El Obispo reforzó el sentido de su reflexión citando la pregunta de Jesús al Apóstol acerca de su amor, de su fidelidad hacia Él “la pregunta que también nos ha hecho a nosotros en el camino de nuestra vocación como catequistas”, y agregó que “Él es la persona para quien vivimos, es con Él con quien nosotros deseamos encontrarnos”.
Ante ese interrogante, Ojea expresó que la respuesta es “si me querés, no los abandones, seguilos acompañando, no como pedagogo sino como compañero, como acompañante, como pastor”.
“El Espíritu llama también hoy a hombres y mujeres para que salgan al encuentro de todos los que esperan conocer la belleza, la bondad y la verdad de la fe cristiana” dijo el Obispo citando la Carta apostólica en forma de “Motu Proprio” del papa Francisco Antiquum ministerium -con la que se instituye el ministerio de Catequista.
Finalizando su mensaje pidió a Dios que “podamos ser transmisores de la belleza del Evangelio, que nos enamoremos de nuevo el Evangelio de Jesús, que es la clave que le da sentido a nuestra vida, que es la clave que están esperando tantos hermanos y hermanas, que les hablemos de Él, que les demos testimonio de cómo es la vida de una esperanza viva”.
De la celebración participaron también el pbro. David López, miembro del Equipo diocesano para la Catequesis y el pbro. José Luis Quijano.